Nosotros

Un Dios que existe como Padre, Hijo y Espíritu Santo

Creemos en un solo Dios, revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, distinguibles pero indivisibles.
(Deuteronomio 6:4; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 5:7)

Creemos en la creación, prueba y caída del hombre según se registra en Génesis; su total depravación espiritual y su incapacidad para alcanzar la justicia divina.
(Romanos 3:10-18)

Creemos en el Señor Jesucristo, Salvador de los hombres, concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nacido de una virgen, verdadero Dios y verdadero hombre.
(Lucas 1:26-35; Juan 1:18; Isaías 7:14, 9:16)

Creemos que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día. Se apareció personalmente a sus discípulos después de su resurrección.
(1 Corintios 15:14; Romanos 4:25)

Creemos en la ascensión corporal de Jesús al cielo, su exaltación y su segunda venida personal, literal y corporal por la Iglesia.
(Juan 14:2-3; 1 Tes. 4:13-18)

Creemos que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros, derramando su sangre y firmando el perdón de todos los que creen en Él y confiesan a Jesucristo como su Señor.
(Juan 3:16; Romanos 5:8; Romanos 10:9-10; Heb 9:12, 22)

Creemos que antes de la salvación no tenemos justicia propia y que debemos acercarnos a Dios por medio de la justicia de Cristo. (Efesios 2:8-9; Hebreos 9:12, 22; Romanos 5:11; 1 Juan 1:9).

Creemos que el cambio que se produce en el corazón y en la vida al momento de la conversión es literal y es el resultado de nacer del Espíritu de Dios. Creemos que es la voluntad de Dios que vivamos vidas santas y santificadas, creciendo constantemente en la fe.
(2 Cor 5:17; Gálatas 2:20; Juan 3:5-7; Heb 6:1)

Creemos que el bautismo por inmersión, en agua, es una señal externa de la obra interna de salvación.
(Mateo 28:19; Hechos 2:34-38, 19:1-6)

Creemos que el bautismo del Espíritu Santo es para dotar de poder al creyente, y que ese empoderamiento sigue la misma manera que en los días bíblicos.
(Hechos 1:8, 2:1-4, 2:38-39, 8:14-17, 10:44-46)

Creemos que el Espíritu Santo tiene dones para otorgar al cristiano, y que debemos mostrar fruto espiritual como evidencia de una vida llena del Espíritu.
(1 Cor 12:1-11; Gál 5:22,23; Romanos 12:6-8; Ef 4:11-13)

Creemos en la vida llena del Espíritu, una vida de separación del mundo y de santidad perfeccionada en el temor de Dios como expresión de la fe cristiana. Creemos que es la voluntad de Dios que andemos en el Espíritu continuamente.
(Efesios 4:30-32; Efesios 5:18; 1 Corintios 6:14; 7:1)

Si bien las implicaciones de la comunión o recepción de la Cena del Señor están destinadas a ser y son espirituales, además creemos en una toma o recepción natural de “pan/cuerpo/sangre/vino”. La Cena del Señor no es solo una conmemoración de lo que se ha hecho, es también una celebración de lo que está por venir; la cena de bodas del Cordero cuando estaremos unidos como uno con nuestro Salvador, Jesús, por toda la eternidad.
(Mateo 26:26-29, 1 Corintios 11:23-31, Apocalipsis 19)

Creemos que la sanidad divina es la provisión de Cristo para sanar a los enfermos en respuesta al ejercicio de la fe, la oración de fe, la oración de acuerdo, la unción con aceite, los dones de sanidad o la imposición de manos. Creemos que esta provisión de Cristo es para todos hoy.
(Mateo 8:17, 18:18-19; Marcos 16:15-18; Hechos 4:30; Romanos 8:11; 1 Corintios 2:9; 1 Pedro 2:24; Santiago 5:14-16)

Creemos que todos compareceremos un día ante Dios en el juicio final, y allí recibiremos la vida eterna (Juan 5:24, 3:16) o el castigo eterno (1 Corintios 11:23-32).
(2 Corintios 5:10; Apocalipsis 20:11-13)

Creemos que el Cielo es un lugar literal, eternamente existente (Juan 14:2; Apocalipsis 7:15-17). Creemos que el Infierno es un lugar literal de tormento eterno para todos los que rechazan al Señor Jesucristo.
(Apocalipsis 20:14,15)

Creemos en la realidad y personalidad de Satanás y en el juicio eterno de Satanás y sus ángeles.
(Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10-15)

Creemos que es nuestro deber sagrado identificarnos y participar activamente con la iglesia local y visible de Cristo.
(Hechos 16:5; Hebreos 10:5)

Creemos que ganar almas es la Gran Comisión dada a la Iglesia.
(Santiago 5:20; Marcos 16:15; 2 Cor 5:18-21)

Creemos que toda verdad debe equilibrarse con otras verdades bíblicas para evitar extremos o fanatismo, y creemos que la moderación debe manifestarse en nuestro caminar diario como creyentes.
(Fil 4:5; Pro 11:1)

Creemos que las leyes del país deben respetarse en todo momento, excepto en asuntos opuestos a la Palabra de Dios.
(Romanos 13:1-5)

En lo esencial debe haber unidad; en lo no esencial, libertad; y en todas las cosas, AMOR.

Creemos en la inspiración absoluta de las Sagradas Escrituras tal como fueron dadas originalmente, y que son infaliblemente y únicas en su tipo, libres de error de cualquier tipo en todos los asuntos que abordan, incluyendo la ciencia, la historia, la moral y la teología. Además, creemos que la iglesia no tiene autoridad para establecer doctrinas o prácticas contrarias a estas Escrituras, que fueron posteriormente aceptadas como canon por la iglesia cristiana primitiva.
(2 Timothy 3:16-17; 1 Cor 2:13)